La protección de niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad ha tomado mayor alcance en la República Dominicana.
El Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani) mantiene actualmente bajo resguardo a 1,206 menores a través de asociaciones sin fines de lucro, y a otros 525 niños alojados en 11 hogares de paso administrados directamente por la institución, para un total que supera los 1,700 casos activos en todo el país.
A este sistema se suman 69 programas residenciales, de los cuales 59 reciben fondos del presupuesto nacional.
Para el próximo año, Conani gestiona un aumento de la asignación de 186 millones de pesos destinada a fortalecer los servicios de protección, alimentación, salud, educación y atención psicosocial.
Entre enero y octubre del presente año, la institución ha ejecutado una inversión de 166,792,371.00 pesos para el subsidio de asociaciones sin fines de lucro, que operan como soporte clave en la red nacional de protección infantil, consolidando así los mecanismos de respuesta ante los casos de mayor riesgo social.
Con un rango de subsidios que oscila entre 3,750,000 y 12,000,000 pesos, el Conani brinda apoyo económico a diversas asociaciones sin fines de lucro (ASFL) que forman parte de su red nacional de protección.
Entre las entidades que reciben los mayores niveles de financiamiento se encuentran la Fundación Cristiana-Benéfica para la Rehabilitación y Reinserción de Marginados de la República Dominicana, la Fundación Niños Limpiabotas La Merced, Inc., el Hogar Escuela Nuestros Pequeños Hermanos, Inc., la Fundación Niños y Niñas de Cristo, Inc. (Fonicri), la Fundación Proyecto Ayuda al Niño, Inc., el Hogar Escuela Rosa Duarte, La Casa Rosada, Inc. y Muchachos y Muchachas con Don Bosco, Inc., por su alto volumen de atención y servicios.

Atención integral en cuatro áreas
Cada niño que ingresa al sistema es evaluado bajo un modelo de atención integral basado en cuatro ejes: salud, trabajo social, psicología y educación.
En un plazo aproximado de 48 a 72 horas, se realiza un diagnóstico completo que permite diseñar un plan individual de intervención, ajustado a la edad, estado de salud y situación familiar del menor.
Los hogares de paso están organizados por rangos de edad, sexo y tipo de caso.
También cuentan con áreas especializadas para mantener juntos a hermanos, proteger a víctimas de abuso, trata o violencia, y atender casos de alta vulnerabilidad.
De los 525 niños alojados en estos centros, 284 están integrados en el sistema educativo formal, incluyendo estancias infantiles (Caipi), educación regular, modalidad Prepara y programas especiales del Ministerio de Educación.
Otros reciben nivelación académica dentro de los hogares, mientras 13 menores asisten a programas de educación especial.
A partir de los 14 años, los adolescentes reciben formación técnica mediante acuerdos con Infotep, con cursos en barbería, repostería, informática, cocina, inglés, arte y distintos oficios técnicos, muchos de ellos impartidos por voluntariado especializado.

Control judicial en ingresos y egresos
Ningún niño entra o sale de un hogar de paso sin una orden del Ministerio Público o una decisión de los Tribunales de Niños, Niñas y Adolescentes.
La institución aclara que no retira menores de manera discrecional, sino que ejecuta medidas de protección dictadas por las autoridades judiciales.
Las visitas familiares se realizan cada 15 días bajo supervisión del Ministerio Público y con acompañamiento psicológico. Además, se facilitan videollamadas semanales para mantener los vínculos familiares en un entorno seguro.
Cuando un menor es reintegrado a su familia, se activa un plan de seguimiento desde las oficinas municipales de Conani, con el objetivo de asegurar su bienestar tras la salida del sistema.
En los casos de niños huérfanos, se prioriza su integración a la familia extendida, previa evaluación sociofamiliar.
Alimentación especializada
Los hogares de paso cuentan con planes de alimentación diseñados por nutricionistas, adaptados a condiciones específicas como diabetes, enfermedades renales, trastornos gástricos, embarazos en adolescentes y menores encamados.
Cada hogar dispone de personal médico, enfermería disponible las 24 horas, psicólogos, trabajadores sociales, educadores y personal de cuidado, con protocolos sanitarios estrictos para garantizar las atenciones inmediatas ante cualquier emergencia que pueda surgir.
Además, los menores participan en actividades deportivas y recreativas como fútbol, baloncesto, voleibol, teatro, campamentos de verano, equinoterapia, ferias educativas y visitas a granjas interactivas, en coordinación con instituciones privadas y redes de voluntariado.
Según testimonios recogidos por el propio sistema de protección, algunos adolescentes formados en barbería hoy generan ingresos desde sus hogares, mientras otros, capacitados en repostería, han iniciado pequeños negocios o emprendimientos.
También hay niños que lograron retomar sus estudios y proyectan realizar carreras universitarias.
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